Nuestros profesores, hombres y mujeres de distintas generaciones y realidades, han debido adaptarse a una nueva modalidad de enseñanza para seguir en contacto con sus alumnos, a causa de la pandemia. Todo, con el compromiso inalterable de entregar a niños y jóvenes las mejores herramientas para una formación integral.
Con más de 30 años de trayectoria, Miss Gisela Castillo sigue enseñando diariamente con el mismo cariño que cuando llegó al colegio. Para ella, “educar es una vocación”, y ningún contexto sanitario debe alterar esa dinámica.
Hoy, a cargo de un quinto básico, inicia temprano la jornada “para asegurarme que todo esté en condiciones cuando llegan los niños”. Y es que si la pandemia en sí ya había significado un cambio en 360 grados para todos los profesores, que por casi un año debieron enseñar desde sus casas, este retorno gradual a las clases presenciales les impuso un nuevo desafío.
“Al comienzo de la pandemia fue difícil porque tuvimos que aprender rápidamente a utilizar esta tecnología para trabajar desde nuestros hogares y ahora estamos frente a un sistema totalmente distinto que no había vivido desde que partí trabajando, hace más de 30 años. Ha sido desafiante porque hay que estar pendiente de los que están aquí y los que están en la casa”, relata.
El esfuerzo no ha sido menor. Hoy ella trabaja con catorce alumnos en sala y catorce desde casa, apoyada por dos computadores y con un manejo de la tecnología que confiesa ha sido difícil, pero se ha logrado con la práctica. “Tengo dos computadores en mi escritorio, uno con los niños de la casa y el otro conectado al proyector, para que los que están aquí puedan ver las guías en pantalla. Al principio no fue fácil, pero creo que tanto profesores como niños estamos poniendo todo de nuestra parte para que esta modalidad funcione. Yo estoy usando bien la tecnología, y los niños están aprendiendo y eso me tiene contenta”, puntualiza.
Si bien todos los días debe multiplicarse para lograr una buena conexión y procurar que tanto los niños en la sala como en la casa reciban de la misma forma los contenidos, lo cierto es que el cariño y la dedicación con la que realiza cada clase se transmite, algo que parece no cambia ni con los años ni con los contextos.
Tal como miss Gisela, son muchos los docentes que han redoblado sus esfuerzos para seguir transmitiendo conocimientos de la manera adecuada a sus alumnos durante esta pandemia. Algunos incluso volviendo a ser alumnos, para conocer y adaptarse a las nuevas tecnologías y trabajar con generaciones que traen el mundo virtual en su ADN.
“Cuando comenzó la pandemia, en tiempo récord debimos adaptarnos de lo presencial a lo virtual, adecuar metodologías y cambiar prácticamente todo el sistema para seguir entregando la misma calidad de los aprendizajes por parte del equipo”, explica la coordinadora del nivel Preescolar, Miss Ingrid López.
“Todo esto ha sido posible gracias a que el personal del área ha tenido una excelente disposición para instruirse en las plataformas educativas que el colegio utiliza: se van dejando cápsulas educativas para que la familia las pueda ver también en casa, hay videos, diapositivas, harto material para revisar. Por eso es importante destacar el compromiso de cada una de las profesoras y asistentes de Lower y de los padres de cada uno de los niños, porque sin el apoyo y esfuerzo de cada uno de ellos, la adaptación habría sido más compleja”, agregó.
Dentro de este trabajo, los grandes protagonistas han sido los niños y niñas, quienes a diario sorprenden y llenan de alegría y orgullo a sus profesoras. “Han tenido una actitud maravillosa frente al cambio; ellos entienden que tienen que tomarse la temperatura, los procedimientos que deben realizar al ingreso del colegio, mantener la distancia en la sala, usar mascarilla y ponerse alcohol gel. Nosotros estamos a cargo de formarlos en su primera infancia, pero ellos nos enseñan a nosotros todos los días con sus pequeños gestos y acciones”, dice emocionada Miss Ingrid.
La importancia de mantenerse en movimiento
La actividad física ha sido tal vez uno de los puntos más difíciles de compatibilizar durante el año que se prolongaron las clases virtuales como única modalidad de enseñanza. Desde el inicio, los profesores de PE implementaron desde sus casas metodologías de acompañamiento con el objetivo de mantener de alguna forma, hábitos y rutinas en los alumnos.
“Sabíamos que era complejo, así que en una primera etapa nos enfocamos más en ejercicios de acompañamiento, que supieran cómo y cuándo elongar, técnicas de respiración. Lo importante era que nuestros alumnos entendieran que era fundamental mantenerse en movimiento, aun estando en casa”, relata Miss Claudia Ortega.
Pero hace tres semanas, esa premisa cambió. El colegio retomó las clases presenciales con un aforo reducido, manteniendo la conexión con quienes decidieran seguir de manera remota. “Eso nos llevó a reorganizarnos. Básicamente dividimos nuestro equipo en dos grupos espejo. Esto quiere decir, que mientras un profesor interactúa con los alumnos en la clase online, otro está en el colegio, guiando de manera presencial a quienes se encuentran con modalidad mixta. Entonces, somos dos profesores por nivel y nos vamos turnando cada semana para que podamos compartir con todos”.
Y es que si en un principio fue la modalidad online la que supuso el mayor desafío para los profesores de PE, ahora los esfuerzos se concentraron en retomar las clases presenciales adecuadas al contexto sanitario. “Hemos tenido que adaptar muchas cosas. Todo es individual. Por ejemplo, ya no pueden tomar todos el mismo balón”, acota.
“Ha sido un desafío súper grande pero que sentimos hemos enfrentado de la mejor manera posible adaptándonos, tanto los niños como nosotros y buscando la mejor manera para que todos podamos trabajar y movernos dentro de las limitaciones que tenemos. En el caso de las clases en el colegio el espacio donde se realiza es amplio, dividimos un sector para cada niño y se pueden mover muy bien dentro de su área y gracias a ellos que se adaptan tan fácil. No ha sido tan complejo como imaginamos”, aseguró Miss Claudia.
Lo concreto, es que ya sea en la sala de clases, en los patios, desde la casa o a través del computador, toda la comunidad TISLS ha realizado cambios y esfuerzos para mantener el contacto permanente. Esa es nuestra esencia, marcada por el compromiso de todos.
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