La pandemia y el contexto sanitario que enfrentamos desde 2020, más allá de sus complejidades y restricciones, ha sido también una oportunidad para volver a apreciar esos espacios de nuestro colegio donde nos desenvolvemos día a día y que muchas veces, hablan por sí solos.
Lugares diseñados especialmente para acoger a niños, jóvenes y funcionarios y que cada jornada se repletan de esa identidad tan característica de quienes forman parte de la historia de nuestro colegio.
Allí nos encontramos con tradiciones y recuerdos que evocan distintos momentos de la historia de quienes han sido parte de TISLS en estos casi veinte años del colegio en el actual edificio de Cerro Grande.
El entorno verde que brinda el Patio de los Pensamientos lo convierte en la mejor puerta de entrada al mundo TISLS. Árboles como jacarandás y pimientos, entre otros que visten el sector que recibe al entrar al colegio, fueron un regalo de la Promoción 2001, la última en egresar del anterior edificio cercano a la playa, antes del cambio de instalaciones al Cerro Grande. Y justamente ahí, diferentes generaciones han ido dejando algunos pensamientos y frases para quienes hoy forman parte de la familia TISLS.
Un punto de encuentro entre el ayer y el hoy de nuestra comunidad, que también se refleja en la decena de murales repartidos en el colegio, que conjugan la historia con la tradición de cada aniversario. Espacios donde los alumnos dejan un legado que se traspasará a través de los años mediante distintas expresiones artísticas diseñadas a lo largo de diferentes momentos de nuestro establecimiento.
Es el caso de los cuatro pilares que se encuentran al ingreso, que a través de sus colores y reflejos recuerdan un hito en materia de cultura y desarrollo estudiantil, enmarcado en el proyecto Sol y Sombra que en 2019 unió a nuestros alumnos con un grupo de estudiantes franceses que llegaron al país para ser testigos del eclipse solar.
Y es que recorrer TISLS deja algo especial. Más allá del cemento, el colegio entrega calidez en cada uno de sus rincones, porque cada ángulo está pensado y decorado con amor y creatividad, donde niños y jóvenes tienen un rol protagónico.
De hecho, con el objetivo de fomentar siempre el desarrollo creativo de los alumnos, anualmente se realizan fondos concursables, donde los propios estudiantes plantean proyectos e iniciativas que son financiadas por el establecimiento. Las bancas pintadas y las canchas de bicicross son fruto de ello.
Diferentes instancias que han tenido alumnos y alumnas para hacerse parte de la infraestructura y decoración del colegio, haciendo hincapié en la creación artística grupal, un ingrediente más de la identidad TISLS.
