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Son 46 alumnos los que este año egresarán de TISLS para iniciar un nuevo camino en sus vidas, en un contexto difícil pero que ha sacado a relucir lo mejor de ellos. Acá les contamos cómo se vive por dentro la emoción del último año de colegio pese a las restricciones y las medidas sanitarias.

Video. Los desafíos y emoción del último año en TISLS

Actividades, tradiciones y simbolismos que normalmente acompañan a quienes cursan Cuarto Medio y que la pandemia de momento impide desarrollar a plenitud, son motivo de análisis y reflexión para los 46 alumnos que finalizado este 2021 emprenden un nuevo camino en sus vidas.

Nicole Salas vive su último año en el colegio y si bien lamenta que sea en este contexto, no se desanima: “Es complicado, por razones obvias la pandemia nos ha afectado bastante. Un ejemplo que es muy importante para nosotros son las alianzas que no se van a poder hacer. Igualmente estamos intentando encontrar nuevas actividades que hacer porque es nuestro último año y estamos tratando de disfrutar lo que más se puede”.

En esa misma línea, de afrontar con actitud positiva este inusual último año de colegio, Benjamín Martínez, destaca el retorno a clases presenciales.

“Este último año en el colegio ha sido muy distinto. De hecho, la primera vez que llegamos fue súper raro ver a todos con mascarillas. Es un verdadero privilegio estar acá porque las clases online no son nada comparadas con el contacto persona a persona. Es más, yo he disfrutado mucho esta experiencia presencial porque teníamos mucho miedo de no volver a vernos antes de graduarnos”, dice Benjamín.

Miss Yolanda Mai, o Miss Yoli, como le dicen todos con cariño, es la coordinadora de High School y este contexto de pandemia la ha llevado al importante rol de motivar a los alumnos ya que los recuerdos y el cariño que se llevan tanto de sus compañeros como de sus profesores y funcionarios del colegio superan cualquier panorama adverso.

“Como todos nosotros, ellos tenían grandes expectativas de este reencuentro y la verdad es que ha sido bueno el retorno, pero también, hay que decirlo, tiene varias restricciones sanitarias que son necesarias y eso obviamente hace que uno frene un poco las emociones. Por ejemplo no hay abrazos y este es un colegio donde la relación profesor/alumno es muy estrecha y creo que una de las cosas difíciles para ellos ha sido esa, no poder saludar bien a sus compañeros y profesores de la manera que solíamos hacerlo”.

“Estamos tratando de que ellos encuentren un sentido a este retorno y como lo han dicho algunos, que valoren que al menos ya pudieron retomar la presencialidad. El colegio está preocupado de que todos ellos puedan regresar presencialmente si así lo quieren. Se adecuaron las salas audiovisuales para que pudieran estar los 23 alumnos de cada uno de los grados 12”, agrega Miss Yoli.

Pese a que la mente de los alumnos está en gran medida puesta en la Prueba de Transición Universitaria (PTU), no olvidan lo importante que es la graduación, como recuerdo que queda para toda la vida.

Al respecto, Miss Yoli es optimista. “El año pasado que estábamos en fase 2 pudimos hacer una graduación con un mínimo de personas y fue muy emotiva, así es que ya tenemos la experiencia y tenemos también la esperanza que este año las cosas debieran ir mejorando por el efecto rebaño que se supone va a dar la vacuna. Estando la condición sanitaria para una graduación la vamos a hacer de la misma manera que el año pasado o a lo mejor con un aforo mayor”.

Con esa ilusión intacta, los 46 jóvenes que hoy integran los dos cuartos medios viven este último año en que finalizan una etapa en sus vidas, con todo tipo de emociones y sentimientos.

Esas experiencias que acompañan a este grupo son parte de ese crecimiento personal que hoy se traduce en ser una generación que será recordada, entre otras cosas, por la valentía y capacidad de resiliencia para enfrentar sus dos últimos años en el colegio en medio de un escenario que jamás nadie imaginó.

No obstante, junto a profesores, personal, padres y apoderados, ponen lo mejor de sí por salir adelante.

“Van a recordar que hubo cuarto medios que anduvieron con mascarillas y no se podían tocar. Personalmente me hubiera encantado tener un cuarto año medio dónde hubiésemos tenido las tradiciones, la alianza, los túneles, la guerra de bombitas. Sin embargo, venir a clases presenciales me hace sentir una persona muy afortunada”, señala Benjamín.

“Si bien hay muchas cosas que no podemos hacer también hemos aprendido a hacer otras cosas, a comunicarnos de otra manera, a estar presente en varios planos. Como profesores nosotros estamos en la sala con los alumnos del grado 12, pero también debemos estar pendiente de los que están en la casa y tratar de producir la comunidad de curso de una manera distinta, que la distancia física no sea un impedimento para hacer reflexión, para poder canalizar la emociones, aunque no podamos tocarnos, abrazarnos o compartir en los recreos que nos tomábamos todos juntos un café Eso no se puede hacer pero nosotros los profesores tratamos de buscar otras instancias para eso dentro de la sala de clase, sobre todo con ellos”, finaliza Miss Yoli.

Video. Los desafíos y emoción del último año en TISLS



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