Este año se integró a nuestro colegio el psicólogo Jaime León Ampuero, como encargado de Convivencia Escolar, responsabilidad que asume como un desafío que debe involucrar la participación de todos los integrantes de la comunidad TISLS.
Encuestas a los alumnos de cada curso, así como un trabajo focalizado con los profesores y, gradualmente con los apoderados, forman parte de las intervenciones que está implementando el colegio, a través del psicólogo Jaime León Ampuero en su rol de encargado de Convivencia Escolar.
“Estamos tratando de ver qué se entiende por convivencia. La mayoría de las veces se trabaja la convivencia de forma muy punitiva, por tener una regla, una norma. Lo que quiero, es llegar a acuerdos y que esos acuerdos que se generen sean en base a un valor, a una responsabilidad”, señala Jaime León Ampuero.
“Detrás de cada norma, de cada acuerdo, hay una meta. Cuando sé sabe dónde tengo que ir, necesariamente tengo que hacer algo para alcanzar esa situación puntual y eso es lo que estamos tratando de generar en las intervenciones con profesores y estudiantes”, agrega.
Respecto de los profesores, comenta la experiencia de presenciar una clase mixta: “Pude ver por mi propia experiencia de hacer unas clases, conocer lo que sienten los profesores, es muy complejo. Necesitaba conocer esta realidad y poder aportar a los docentes y ver lo que ellos necesitan en su proceso de enseñanza, escucharlos y eso contrastarlo con la evidencia científica. Hay temáticas científicas que se deben llevar a la sala, a la interacción con los estudiantes. Por ejemplo, cómo gestionar la rabia, la tristeza, la frustración, como trabajar esa emoción, pero no desde el sentido común sino desde la teoría”.
“Es importante conocer las necesidades que puedan tener los profesores a partir de lo que ellos ven con los estudiantes y a partir de eso entregarles estrategias y técnicas para que puedan sentirse más seguros de lo que están haciendo. El sólo hecho de ser docente genera un gran agotamiento, hay mucho desgaste. Eso es lo que estamos tratando de ver en este período, de ver esas cosas que nos permitan poder cuidar al otro, entenderlo, desde la teoría”, añade.
En cuanto al proceso de intervención con los alumnos y alumnas, Jaime León Ampuero lo grafica de la siguiente manera: “Lo niños y niñas no necesitan a alguien que siempre les diga lo que deben hacer. Yo necesito que ellos y ellas también reflexionen para tratar de ver qué pueden hacer por ellos mismos y por su curso. Ese es el foco en este período y lo que hagamos tiene que promover la responsabilidad personal y de grupo”.
En ese sentido, explica que “para ser autónomo no le debo decir a ese niño o niña lo que tiene que hacer, pero si es entregarles las estrategias para que él o ella pueda decidir y uno conducirlo cuando va en contra de ese perfil deseado. Eso es lo que estamos tratando de hacer. Lo que yo hago o dejo de hacer tiene un impacto en mí y en otro. Esa noción es la interdependencia y para monitorear este paso o acción, tendremos los rituales”.
Y es precisamente ahí donde surge el rol de los apoderados como parte de la interdependencia, ya que “son súper importantes en esa cohesión. Lo que necesito es que los papás sepan cuáles son las metas de curso. El colegio lo hacemos todos. En el curso de mi hijo o hja tengo un papel súper importante y lo que haga o deje de hacer va a impactar en que se alcancen o no esas metas de curso. Es una idea promotora de la comunicación, de la participación, de la colaboración. Si estas metas las logramos ganamos todos, y si no, perdemos todos. Somos un equipo, un grupo, un curso y tenemos objetivos, necesitamos estructura y saber hacia dónde vamos.
Ser una comunidad que tiene metas.
Jaime León Ampuero define que “el gran objetivo en convivencia es darse cuenta que hay metas y roles compartidos. El mensaje es que todos tenemos un rol y lo que dejemos de hacer puede tener un impacto también en la comunidad. El foco tiene que ver con ganar en interdependencia, que estamos todos interrelacionados, que todos podemos hacer algo”.
Al respecto, sostiene que lo que se busca es “ganar en reflexión, en colaboración, para que las sanciones no sean arbitrarias y para eso hay que participar. Ganar en ser una comunidad que tiene metas, una comunidad que generó acuerdos para alcanzar esas metas en lo académico, en convivencia, y hoy día, en lo que tiene que ver con seguridad y autocuidado, por la pandemia”.
Finalmente, Léon Ampuero asegura que “en la vida hay que tener objetivos. Es una estructura de trabajo que es realista y que se puede hacer, no es algo utópico. La convivencia se hace entre todos, diariamente”.